LA ESPERA

Mirar el reloj y sentir que no avanza; lo acabas de hacer por enésima vez y te parece como si no se moviera y el tiempo estuviera detenido.

El vacío comienza a inundar tu corazon. Faltan diez minutos, sin embargo crees que no llegara.

Vuelves a mirar por la ventana tratando de divisar a lo lejos la imagen de a quien esperas.

¿Y si no llega?. ¿Que estará pasando?. ¿Alguien le dijo algo?.
Miles de ideas te abordan. El temor y la inseguridad comienzan a ocupar lentamente el vacío que había sobre tu pecho.

¿Cuantas veces paso lo mismo?. Ella siempre ha llegado; sin embargo el sentimiento de agonía es el mismo cada vez que esta por llegar y aun no da señales de aparecer.

Sales a la calle y te paras en la esquina. – Como si el hacerlo te hará sentirla mas cerca de ti.
A lo lejos, imaginarios timbres telefónicos te sobresaltan al pensar que esta llamando para decir que no vendrá. Corres a tu casa, levantas el auricular y descubre que el teléfono no estaba sonando... no, no ha sonado desde hace dos horas, cuando llamo para decir que ya venia.

¿Cuánto darías por oír su voz?. Ha pasado ya 1 minuto después de la hora y decides darte por vencido.
Vas hacia el gran sofá buscando algo para leer, pero descubres – una vez mas que la incertidumbre y desesperación te han dejado ciego y te lo impiden.
De pronto aun el aire comienza a faltarte... temes morir sobre aquel – ahora tan incomodo – sofá. Te paras de inmediato, corres a la puerta, la abres para salir corriendo en busca aquel oxigeno cada vez más escaso, pero no puedes dar un paso más.

Su sonrisa esta frente a ti. Si, esta allí, parada. Te dice que siente la demora y te da un beso que te devuelve la vista, el aire....... y la vida.
Se acabo la espera. Ella esta otra vez aquí; y ya no importa nada.


Callao, 21 de marzo del 2003